Hacía frío, llovía, invierno en Madrid, al terminar la clase contemplaba como las gotas empapaban la cristalera de la ventana que daba a la calle, Dº Francisco estaba a punto de pronunciar las palabras mágicas: "Podeis marcharos", cuando nos sorprendio: " Mañana al mediodía juega España, el que no quiera venir se puede quedar en casa, el resto, que venga a clase como un día normal, ante la falta de notas para los padres, a mí me costó convencer a mi madre de la gran noticia, hizo falta una llamada por teléfono a la madre de un compañero para refrendar la información. Ése partido de España tan importante era la clasificación para el venidero Mundial de Argentina 1978, nos la jugábamos ante la temible Yugoslavia, en Belgrado, un infierno, nos valía el empate, pero casi nadie de nosotros apostábamos una perra gorda por los nuestros.
El partido comenzó, creo, a las 14,30 horas y fue dramático, nos lesionan a Pirri nada más comenzar el partido, agreden a Juanito y San José, Asensi, Leal, Cardeñosa y el propio Juanito sufren entradas que hoy serían calificadas de salvajadas. Miguel Angel nos salva con un par de intervenciones milagrosas, el resto ya lo sabeis, botellazo al gran Juanito, era difícil fallar, dada sus dimensiones Almortianas, y gol de Rubén Cano.
Fué, a mis 12 años, la primera gran alegría que la selección me propinó, más tarde en el Mundial, fracasó estrepitosamente, así como, en la Eurocopa de Italia 80, recuerdo el partido contra los italianos en el que merecimos ganar, gran partido de Juanito, pero al final empate a cero, ni pasamos de ronda.
Ya entonces me preguntaba porque España no trataba de jugar al fútbol como lo hacían los holandeses, franceses y brasileños, estamos en el año 1982, nuestro mundial, y jóder, que envidia, ver el fútbol de polacos, franceses, alemanes y sobre todo de brasileños, me irritaba que los jugadores españoles más técnicos apenas iban convocados o si lo iban tuvieran una presencia testimonial en el combinado español, apostábamos por la Furia, aquella que nos había dado una medalla en unos Juegos Olímpicos en 1920 y una Eurocopa en el 1964, el resto, fracasos, pero seguíamos empeñados en jugar con duros defensas, correcaminos en el centro del campo y un par de rematadores oportunistas, con huevos, muchos huevos, eso sí.
Así fuimos de fracaso en fracaso, y yo, envidiando cada vez más a los Zico y cía, a los Platini y cía, a los Van Basten y cía, así hasta que un buen día un Sabio del Barrio de Hortaleza, cambió el destino para siempre de los nuestros, apostó por los jugones, bajitos, eso sí, pero muy jugones, el resto ya lo conocemos, hoy somos nosotros los envidiados, gracias Johan, por crear una gran cantera, gracias Luis por creer en ello, y gracias a Del Bosque por no tocar lo que funciona, hoy me siento orgullo de que, probablemente, el mejor portero del mundo sea de Móstoles, que el mejor centrocampista del mundo sea de Tarrasa y de que el mejor jugador del mundo sea de la mancha, ¡ son españoles! si Dº. Francisco viviera hoy, a sus alumnos les diría aquello de "Podeis marcharos...... a disfrutar".
Firmado: Félix
