El perro de Huertas

Pasados ya los duros meses invernales, el perro de Huertas vuelve a la actividad. La primavera incipiente anima a este ser agrupado en manadas a frecuentar los bares y “pafetos” del popular barrio de Las Huertas, sin sospechar de ningún modo que el peligro acecha, pues después de varios meses de recogimiento en la casa del “Lolo” jugando al póker y emborrachandose impunemente, los temibles cazadores del Congosto están en disposición de iniciar una nueva temporada de caza. Al perro de Huertas le quedan horas de tranquilidad pues “La banda del Calvo” está preparada, comienza la eterna batalla entre el hombre y la bestia. Ya no hay marcha atrás. Empieza la jauría.

La banda del Calvo el sábado por la mañana debate la estrategia a seguir, esta vez toca Ginecólogos Asturianos venidos a un Congreso Nacional. A las doce de la noche, después de una breve parada en “Flowers” para llenar el depósito, inician la cacería.

Primer intento: La Fontanería. Lolo ha divisado un grupito de 7 perros, bien formados, destacan 2, las demás son perros auténticos de Huertas, con pedigrí: culo gordo, caderas anchas, cartucheras que ni las de John Wayne, arrugas y verrugas repartidas a granel por el rostro. No hay dudas, a por ellas.

La banda del Calvo lanza a sus dos cazadores más valientes expertos en abrir fuego y en derretir el hielo: el propio Calvo y el Almorta. Tienen bien trabajada la estrategia, se aproximan bailando uno por cada lado, hasta que llegan al núcleo del grupo de perros.

Todos los movimientos están estudiados minuciosamente. Almorta se deja ver con sus pases de bailes extraños, que llaman la atención de la más perro de todas. Al otro lado del grupo el Calvo emite sonidos raros a la vez que hace sonar los hielos de su cubata (auhhh, auhhh), las dos perros que están de mejor ver huyen, ya está hecha la selección. El Calvo y el Almorta han hecho parte de su trabajo, ya sólo quedan perros auténticos, pasan a la acción sin más demora.





Almorta: ¿También habeís venido al Congreso, no?.

Perro 1: ¿Congreso? ¿Qué Congreso?.

Calvo: Anda no disimuleis, ¿Qué sois de aquí de Madrid?.

Perro 2: Sí de Orcasitas, vosotros ¿no?.

Almorta: Yo soy de Mieres, y mi amigo el Calvo de Potes.

Todas las perros a la vez: Ja,jajajaja, no está tan calvo hombre, así que sois asturianos, y estais solos.

Almorta: No, aquellos cuatro feos que hay allí, vienen con nosotros, pero son sordomudos y no se enteran de nada.

Todas las perros: Ja,jajajajaja. Qué cachondo, decidles que vengan.


Ya está. Trabajo hecho a la perfección. Los perros acaban de dictar su sentencia de muerte. La banda del Calvo rodea al grupo de perros y empieza el acoso.

Lolo se encarga de poner cara de que con él no va la fiesta. Es para despistar, ya ha echado el ojo al perro con mejor pedigrí, y no parará hasta salirse con la suya.

Quique empieza a contar sus ocurrencias, mitad Wody Allen, mitad Eugenio, con lo que llama poderosamente la atención y atrae así todas la miradas de la manada. Desde su atalaya, eligirá su víctima. La jerarquía está clara: la mejor dotada es para Lolo, luego Quique elige, a los demás de la banda les da lo mismo, están a lo suyo.

Robert no habla. Solo con monosílabos. No baila, ya que no sabe, y cuando lo ha intentado se ha caído constantemente. No canta, tiene una voz que espanta. Su aportación a la banda es puramente física. Si alguna perro intenta acercarse, Robert no duda en echarle un erupto en la cara o escupirla en el cubata. Aún así, a última hora se relaja y deja que algún perro suba en su Renault 14 y le haga una mamada detrás del cementerio.

Felipe es la alegría de la banda, no para de bailar sonriendo constantemente, junto al Calvo y el Almorta contribuye poderosamente a que la fiesta no decaiga, pero llega un momento que desaparece, se escabulle, se aleja con un perro a un reservado y allí comete el atropello.

Tras visitar varios pubs, la caza suele terminar en “Las cuatro y diez”, ya satisfecho su deseo sexual, la Banda del Calvo se emborracha entonando sus cánticos favoritos: “Chiquerobeiby Tuis and Chauw”, Quique y el Calvo lo bordan, los demás homenajean al Calvo imitando su sonido favorito “auhhhh, auuuug”.

“Frends guill bi frends”, con éste cántico a Lolo se le caen las lágrimas, al Almorta la baba, y a Felipe la china de María que se iba a fumar. Rober al intentar dar un pase agarrado a Lolo, se vuelve a caer.

“Amigos para Siempre” con esta canción todos agarrados, menos Robert que sigue en el suelo, termina la cacería.





Hasta la próxima remonta, la Banda Del Calvo regresa a su Valle del Kas, a sus partidas de mus (Lolo, Almorta...), a sus clases de baile (Robert), a dar tobas a Quino (Felipe), a poner carteles del Congosto (Calvo) y a entrenar nuevos chistes(Quique).



Firmado: Félix