CASABLANCA

Hay películas de las que, por mucho que se haya dicho, siempre quedan cosas pendientes. Casablanca para mí, es una de ellas. Seguro que todos la han visto y posiblemente más de una vez.
La he revisado para hacer este artículo y esta vez me ha sorprendido de nuevo el hecho de ver que con los medios disponibles en esa época, ingenuos hoy para nosotros, alguien fuese capaz de montar una historia como esa, y contarla de modo que después de más de setenta años siga emocionando aún sabiendo el final.
No hay grandes alardes técnicos, no hay efectos especiales espectaculares, los buenos tienen algo de malos y viceversa, y además, el protagonista no termina con la chica. Con este cóctel sería casi imposible que una película estuviese hoy en día más una semana en cartelera. Ni se rodaría.

No será esto una crítica, sino un resumen sobre asuntos quizá menos conocidos que tuvieron que ver con su creación y que hacen que Casablanca sea lo que es.


Casablanca costó 1.039.000 dólares que seguramente ya están más que amortizados por la Warner y se rodó entre el 25 de mayo y el 3 de agosto de 1.942, en plena Segunda Guerra Mundial. Se aprovechó para el título el nombre de esa ciudad, Casablanca, al estar en esa época en boga por haberse producido allí poco antes de su estreno el desembarco de tropas aliadas y uno de los encuentros entre Churchill y Roosevelt.

El título original de la obra de teatro en la que está basada es Todos van al café de Rick. Fue rechazada por los empresarios de Broadway y no llegó a representarse. El libreto llegó hasta la lectora de guiones de la Warnes Bros, Irene Lee Diamond, y convenció al productor Hal B. Wallis para adquirir los derechos por 20.000 dólares, precio record por una obra de teatro no estrenada siquiera. Este accedió, con la exigencia de cambiar el título en el futuro. Los autores del texto original, Murray Burnett y Joan Alison, se inspiraron para crear la obra en un viaje a Europa en esa época, y en el drama de los refugiados políticos que se vivía en todo el continente. El personaje de Sam está basado en un pianista que conocieron en un café de Viena.

Casablanca está completamente rodada en estudios, excepto la llegada del Mayor Strasser, que se rodó en un aeropuerto. La escenografía de la calle que fue usada para las escenas del exterior había sido recientemente construida para otra película, La canción del desierto y tuvo que ser redecorada para los flashbacks de París. Por su parte, el set para el Café de Rick fue construido en tres partes inconexas, por lo que no se podría determinar en trazado lo que sería su planta. El fondo de la escena final, el cual muestra un avión con personal caminando alrededor, fue armado usando extras bajitos y un avión de cartón dibujado a escala.

La estatura de la actriz Ingrid Bergman causó algunos problemas. Bergman sobrepasaba por casi cinco centímetros a Bogart, por lo que se tuvo que elevar al actor sobre ladrillos o sentarlo sobre cojines en las escenas en las que aparecían juntos. De hecho, hay planos en que la diferencia de estatura es notable a favor del actor y en las escasas escenas en que ambos aparecen juntos de pie, ella siempre aparece algo más alejada para evitar comparaciones.

Hubo continuos cambios en la figura de guionista. El director, el húngaro Michael Curtiz, se desesperaba en el rodaje por no saber cuándo tendría la versión definitiva. Empezaron en el trabajo los gemelos Julius y Philip Epstein, pero dejaron temporalmente el proyecto porque Frank Capra les contrató por más dinero para unos documentales patrióticos que estaban de moda. Continuó el guión Howard Koch que introdujo la conveniencia de sostener ciertos valores morales aún en tiempos de guerra. Hubo un cuarto guionista que no aparece en los créditos, Casey Robinson, que hizo aparecer las escenas y diálogos más románticos de la película. Sin embargo, después de tantas manos, nadie era capaz de dar con un final apropiado. Ingrid Bergman cuenta que las constantes modificaciones del guión hacían muy difícil el trabajo de los actores y un día le pidió al director que le confirmase de quién debía sentirse enamorada: de Ricky o de Laszlo. Éste contestó “aún no lo sé, mientras tanto… actúe”. Para complicarlo más, el productor Hal B. Wallis decidió, tras haber terminado el rodaje, que la línea final de la película sería: “Louis, pienso que éste es el comienzo de una bella amistad”. Bogart tuvo que ser llamado un mes después de finalizada la filmación para doblar la frase.

La censura del momento también jugo su papel. Joseph Breen, miembro del cuerpo de auto-censura de la industria hollywoodense expresó su oposición a que el personaje del Capitán Renault solicitara favores sexuales a cambio de visados y a que los personajes de Rick e Ilsa hubieran dormido juntos en París. Ambos puntos, de todos modos, permanecieron en forma implícita en la versión final. No obstante, hubiera sido ciertamente imposible presentar una Ilsa que dejara a Laszlo por Rick, pues el código estadounidense de producción cenematográfica de 1.930 prohibía exhibir a una mujer dejando a su marido por otro hombre.

En España, la censura franquista prohibió en el doblaje mencionar la colaboración de Rick con los republicanos y en la versión italiana, se suprimió a Etiopia, controlada por los transalpinos, por China en relación con el envío de armas del protagonista de forma clandestina.

Muchas frases del guión de Casablanca han quedado grabadas en los cinéfilos de todo el mundo, pero hay dos casos especiales para resaltar:
- “Tócala otra vez, Sam” (“Play it again, Sam”, en inglés). Ésta es una de las frases más ampliamente asociadas con la película y, sin embargo, se trata en realidad de una cita errónea, la cual es en realidad el título original de la película Sueños de seductor, de Woody Allen (en 1.972). En Casablanca, estando Ilsa por primera vez en el Café, se da cuenta de que allí está Sam, el pianista, y le pide: “Tócala una vez, Sam, en recuerdo de los viejos tiempos” (“Play it once, Sam, for old times' sake”). Entonces él finge ignorarla y ella le ordena “Tócala, Sam. Toca Mientras pasa el tiempo” (“Play it, Sam. Play As time goes by“). Más tarde esa misma noche, al estar Rick y Sam solos, Rick le solicita que la vuelva a tocar: “Tú la tocaste para ella y la puedes tocar para mí” (“You played it for her and you can play it for me”) y “si ella puede soportarla, ¡yo también puedo! Tócala!” (“If she can stand it, I can! Play it!”).
- “Ésta va por ti, muñeca” (“Here's looking at you, kid.”). Se trata de una frase que Rick le dice a Ilsa y no se encontraba en los guiones preliminares. Su aparición en la película ha sido atribuida a las lecciones de poker que Bogart le daba a Bergman entre toma y toma. Fue elegida por expertos estadounidenses como la quinta frase más memorable en la historia del cine de aquel país. El doblaje al castellano más conocido está lleno de errores de traducción y provoca, entre otras cosas, que se pierda esta frase.

Otras de sus frases célebres:
- “Louis, creo que este es el principio de una gran amistad”
- “Capturen a los sospechosos de siempre”
- “Siempre nos quedará París”
- “De todos los bares en todos los pueblos en todo el mundo, ella entra en el mío”
- “Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul”

Respecto a la música, fue escrita por Max Steiner, pero no la canción As time goes by, símbolo de la película, que es de Herman Hupfeld. En escena es interpretada por Sam, el pianista negro, pero sólo la voz; era Elliot Carpenter quien tocaba el piano detrás de una cortina y no Sam. Max Steiner tenía previsto reemplazar la canción principal por una propia para ganar más dinero con los derechos. Sin embargo, cuando el compositor quiso crear su propia obra para remplazarla, se encontró con que Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para protagonizar su siguiente película (Por quién doblan las campanas), por lo que no se podían volver a rodar las escenas en las que aparecía la canción. Así que Steiner basó por completo la música de la película en dicha canción y en La Marsellesa, el himno francés.

Del reparto, cabe destacar que sólo tres de los actores que aparecen en los créditos eran de origen norteamericano. Hubo un gran número de exiliados europeos y refugiados que participaron como extras y en papeles menores. Un testigo de la filmación de la secuencia del “duelo de canciones” afirmó haber visto a actores llorando y haberse dado cuenta de que todos eran en realidad verdaderos refugiados. Los ciudadanos alemanes que había entre ellos, por ejemplo, debieron guardar el toque de queda al ser considerados como extranjeros enemigos. Irónicamente, además, casi siempre fueron requeridos para la interpretación de soldados nazis, de los cuales ellos mismos habían huido.

Los papeles principales fueron representados por:

- Humphrey Bogart, neoyorkino, como Rick Blaine. Se consagró en el estrellato gracias a Casablanca. Al inicio de su carrera, Bogart se había encasillado en papeles de gángster. Rick fue su primera interpretación en un rol verdaderamente romántico.
- Ingrid Bergman como Ilsa Lund. El debut hollywoodense de la actriz sueca en Intermezzo en 1939, había sido bien recibido, pero sus películas posteriores no fueron nada extraordinario hasta Casablanca. El director de fotografía, Arthur Edeson, puso especial cuidado en la protagonista. Ingrid fue fotografiada casi siempre en su perfil izquierdo, el preferido por la propia actriz, y en muchas ocasiones se aplicaba un filtro suavizador para hacer que sus ojos destellaran. Su química con Bogart fue esencial para el desarrollo de la película. Se llegó a decir “ella pinta la cara de él con sus ojos”.]
- Paul Henreid, como Victor Laszlo. Henreid, actor austríaco que había abandonado su país natal en 1935, rechazó en un principio el papel (ya que pensaba que éste “lo encasillaría para siempre”, ]y sólo lo aceptó cuando recibió la promesa de encabezar el reparto junto a Bogart y Bergman. Henreid no se llevó muy bien con sus compañeros actores y, de hecho, consideraba a Bogart solo “un actor mediocre”, mientras que Bergman calificó a Henreid como una “prima donna” .

Algunos actores secundarios:

- Claude Rains como el capitán Louis Renault. Rains, actor londinense, curiosamente había servido en la Primera Guerra Mundial, en donde efectivamente había alcanzado el grado de capitán.
- Sydney Greenstreet como el Señor Ferrari, propietario de un club de la competencia. También él era un actor inglés.
- Peter Lorre , el Señor Ugarte. Lorre fue un actor judío austrohúngaro que había trabajado en Alemania, de la cual emigró tras la llegada de los nazis al poder en 1933.
- Conrad Veidt como el Mayor Strasser de la Luftwaffe. Veidt, actor alemán, huyó de los nazis una semana después de haberse casado con una mujer judía y terminó su carrera interpretando nazis en los filmes estadounidenses.
- Dooley Wilson, el negro Sam. Wilson, actor estadounidense, era en realidad percusionista y no tocaba el piano.
- Joy Page como Annina Brandel, una joven refugiada búlgara. Page, actriz estadounidense, era la hijastra del presidente del estudio, Jack Warner. Tenía apenas diecisiete años.
- Madeleine LeBeau como Yvonne, quien en la película aparece como novia de Rick durante un muy breve espacio de tiempo. LeBeau, actriz francesa de 21 años, fue la segunda esposa del actor Marcel Dalio, de quien se divorció mientras ambos rodaban Casablanca.
- S. Z. (o S. K.) Sakall como Carl, el camarero. Actor húngaro judío que había sido forzado a abandonar Alemania en 1933. Sus tres hermanas murieron en campos de concentración.
- Curt Bois como el carterista. Bois, actor alemán judío, también era un refugiado.
- Leonid Kinskey como Sascha, a quien en la película Rick asigna como guardaspaldas en la casa de Yvonne. Kinskey, actor ruso, había huido en la infancia de la Revolución Rusa. Se dice que es muy probable que haya sido seleccionado para este papel en Casablanca debido a que era compañero de copas de Humphrey Bogart.
- Marcel Dalio como Emil, el crupier. Actor judío.
- Helmut Dantine, un jugador de ruleta búlgaro. Se trataba de otro actor austriaco que había sido internado temporalmente en un campo de concentración .
- Torben Meyer, actor danés, el banquero holandés que se sienta en la mesa de bacarrá.
- Gregory Gaye, ruso, como el alemán al que se prohibe entrar al casino.
- Hans Twardowski como el oficial nazi que discute con un oficial francés acerca de Yvonne. Twardowski fue un actor nacido en Polonia, tuvo que huir de Alemania por su homosexualidad.
- Lotte Palfi, la refugiada que intenta vender sus diamantes. Palfi, actriz judeo alemana.
- Trude Berliner, una de los jugadores de bacarrá en el "Café de Rick". Por su religión se vio también forzada a abandonar su país en 1933.
- Richard Ryen como el Coronel Heinze, el asistente de Strasser, fue un actor judeo-húngaro.

Casablanca obtuvo el Oscar a mejor película, director y guión adaptado; y fue nominada también para mejor actor, actor de reparto, fotografía, montaje y banda sonora.

La película fue estrenada en noviembre de 1.942 en Nueva York, en enero de 1.943 en Los Ángeles y mucho más tarde, el 19 de diciembre de 1.946, en Madrid.