Para cumplir con mi intención y mi costumbre, llego un poco tarde a la fiesta ya empezada, sola, con este nuevo disfraz y el deseo de encontrarte. Apenas hace tres días que Clara nos presentó y aunque casi no te conozco, me he pasado la tarde entera arreglándome para ti. Sé que te gusté. Eso una mujer lo sabe siempre. Y aunque quizá no lo creas –disimulo bien-, no dejé de observarte y aprenderte en toda la velada. Saber que hoy estás ahí, entre la multitud, tal vez buscándome, me produce anhelo y cierta ansiedad.
En esta noche sin luna han decorado la embajada como si de un palacete veneciano se tratase, convirtiéndola para la ocasión en un colorido mundo de música, baile, alcohol y posiblemente también de otras sustancias menos diplomáticas.
Bajo las escaleras despacio y me dejo atrapar por esa aglomeración de trajes y máscaras. Camino entre la gente que ríe y disfruta del festejo. Mi paso es tranquilo, sereno, pero mi corazón late acelerado. Podría estarme acercando a ti, lo intuyo. Me detengo un momento junto a una mesa repleta de copas de bohemio cristal burbujeante y repaso ante un espejo mi maquillaje y mi antifaz. No quiero que me descubráis, ni Clara ni tú. Quiero ser yo quien te encuentre a ti primero. Buscaré un detalle, un movimiento, algo que te delate.
Con la primera dosis de champán en el cuerpo y otra ya en la mano llego hasta el ventanal principal del salón. Intuyo que he de salir a esa terraza. Noto enseguida el frescor de los setos y los ruidos de calles llenas de gente disfrutando. Veo una figura varonil a la derecha mirando las luces de la ciudad. Traje de época Luis XV, blanco, al detalle. Es tu misma altura, y los volúmenes me recuerdan a ese cuerpo que he estado recreando todo el día. Decido acercarme.
Pienso… ¿Cómo puedo saber que realmente eres tú? La incertidumbre me detiene, pero la supero y avanzo porque deseo con todas mis fuerzas que lo seas. En ese leve trayecto respiro profundamente intentando tranquilizarme. Has oído mis pasos y te giras hacia mí; el antifaz que deforma tu perfil deja ver sin embargo tu barbilla, tu boca… y ya estoy segura: esos son los labios con los que he estado soñando.
Sonríes. Sabes que soy yo. Avanzo, unos pasos más, fija la mirada en tu boca. La penumbra no me permite distinguir tus ojos, pero los noto hurgando entre las perlas negras que adornan mi escote, y así, sintiéndome casi radiografiada, llego a tu lado. Te ofrezco la copa reciente de Moët y mientras la aceptas mis dedos recorren tu antifaz, tu boca, tus mejillas… Tú, callado, te dejas hacer.
Con idéntico mutismo (me encanta que me sigas la corriente) recibes impasible a mis brazos que se entrelazan en tu nuca; me pongo de puntillas y acerco mi cara a la tuya. Con la punta de mi lengua recorro tus labios buscando que se activen para mí; siento tus manos, por fin, en mis caderas; se quedan ahí un instante y suben después por mi talle encorsetado; tu boca se abre, despacio; nuestros alientos se mezclan cercanos y agitados; un escalofrío recorre mi cuerpo y ya no puedo esperar más; mis labios se acoplan en los suyos y nuestras lenguas se encuentran en un duelo acompasado; mi cintura se adosa a tus relieves mientras me abrazas recorriendo mi espalda arqueada y el beso sigue, profundo, sensual, excitante.
Joder, me gusta. Sobre todo ese descaro tan poco habitual en una chica. Tanto estamos prolongando este beso inesperado, tanto nos centramos el uno en el otro, que atravesamos la terraza y el salón sin desenredarnos los labios ni los brazos, ausentes e indiferentes a todas las miradas que desde sus máscaras nos siguen en el recorrido hasta la escalinata que lleva a la planta superior. Se une a nuestra huida una botella oculta entre mi traje. Subimos sin esfuerzo, como si el aliento de uno provocase en el otro el don de la ingravidez, y así, flotando en esa atmósfera de sonata de Bach, de humos excesivos y de risas camufladas, llegamos a un despacho. El golpe de la puerta al cerrarse nos traslada a un planeta particular, más silencioso, más oscuro, con aire más ligero.
Como si de autómatas se tratase, dejamos de besarnos y nuestras manos recorren y buscan todos los resortes de los disfraces, intentando que los cuerpos queden del todo liberados lo antes posible, excepto de las máscaras, que quedan indultadas como un monumento singular a nuestro silencioso juego.
Dos largos tragos sin copas y las pelucas, las cautelas y los trajes quedan despreciados por el suelo; la ropa interior despedida, mi boca en tu cuello, tu lengua en mi oído, mis dedos enraizados en tu piel, todo en un segundo eterno. Tus dedos activando mis resortes, mi murmullo acelerando intenciones (...vamos), mi sexo desbocado por tu boca (…así); el tuyo derretido y exigente; tus piernas engarzadas en mi vientre, la estantería cómplice en tu apoyo, la unión inevitable tan prevista, el vaivén más antiguo y deseado, tus uñas clavadas en mi espalda, mis manos fundidas en tus muslos, el eco de tu palabra en mi cabeza (...sigue), mis ansias por licuarme en tu mandato (...sigue), tus senos oprimidos y calientes, mis piernas al borde del abismo, tu grito que libera mis compuertas (…sigue), tus ojos que captan mi abandono, mi orgasmo retrasado que ya llega, el tuyo puntual con mis sentidos, mi boca hambrienta de la tuya, la tuya que reclama eternidades…
(Sigue…) es lo último, lo único que te digo antes de que la tormenta amaine en ambos bandos y nos inundemos de caricias ralentizadas para compensar las anteriores. Calma. Aún queda algo de champán. Un sorbo más. Otro para ti.
Suspiro apresurada mientras tú, despacio, rebuscas, casi a ciegas entre los bolsillos de tu ropa. Un porro y un mechero. Me sorprende. El otro día no fumabas. La llama azul ilumina tus labios masculinos un instante. Me estremezco de nuevo sólo de pensar en qué parte de mí estaban hace un momento. Te beso de nuevo, aspirando de ti bocanadas de niebla dulzona. Se oyen pasos. Alguien se acerca y ambos nos ocultamos tras la cortina arrinconada para ver sin ser vistos; la puerta se abre en el silencio... y la voz de Clara dice a su acompañante, que resultas ser tú, vestido de lacayo y sin antifaz: "no, espera, aquí no, esa tía del balcón de enfrente está mirando”.
Se van.
No nos han visto, menos mal. Si el cónsul se enterase, me enviaría mañana mismo de adjunto a Sudán…
Confusa, aturdida, apuro la botella, sonrío y colocando tu cara justo entre mis piernas, aprieto tus cabellos y rompo el silencio esta vez para pedirte, por favor, que sigas sin quitarte la máscara, que sigas así, sin decirme nada, mientras mi deseo resplandece de nuevo avivado incluso por todas las sombras posibles de los balcones.
En esta noche sin luna han decorado la embajada como si de un palacete veneciano se tratase, convirtiéndola para la ocasión en un colorido mundo de música, baile, alcohol y posiblemente también de otras sustancias menos diplomáticas.
Bajo las escaleras despacio y me dejo atrapar por esa aglomeración de trajes y máscaras. Camino entre la gente que ríe y disfruta del festejo. Mi paso es tranquilo, sereno, pero mi corazón late acelerado. Podría estarme acercando a ti, lo intuyo. Me detengo un momento junto a una mesa repleta de copas de bohemio cristal burbujeante y repaso ante un espejo mi maquillaje y mi antifaz. No quiero que me descubráis, ni Clara ni tú. Quiero ser yo quien te encuentre a ti primero. Buscaré un detalle, un movimiento, algo que te delate.
Con la primera dosis de champán en el cuerpo y otra ya en la mano llego hasta el ventanal principal del salón. Intuyo que he de salir a esa terraza. Noto enseguida el frescor de los setos y los ruidos de calles llenas de gente disfrutando. Veo una figura varonil a la derecha mirando las luces de la ciudad. Traje de época Luis XV, blanco, al detalle. Es tu misma altura, y los volúmenes me recuerdan a ese cuerpo que he estado recreando todo el día. Decido acercarme.
Pienso… ¿Cómo puedo saber que realmente eres tú? La incertidumbre me detiene, pero la supero y avanzo porque deseo con todas mis fuerzas que lo seas. En ese leve trayecto respiro profundamente intentando tranquilizarme. Has oído mis pasos y te giras hacia mí; el antifaz que deforma tu perfil deja ver sin embargo tu barbilla, tu boca… y ya estoy segura: esos son los labios con los que he estado soñando.
Sonríes. Sabes que soy yo. Avanzo, unos pasos más, fija la mirada en tu boca. La penumbra no me permite distinguir tus ojos, pero los noto hurgando entre las perlas negras que adornan mi escote, y así, sintiéndome casi radiografiada, llego a tu lado. Te ofrezco la copa reciente de Moët y mientras la aceptas mis dedos recorren tu antifaz, tu boca, tus mejillas… Tú, callado, te dejas hacer.
Con idéntico mutismo (me encanta que me sigas la corriente) recibes impasible a mis brazos que se entrelazan en tu nuca; me pongo de puntillas y acerco mi cara a la tuya. Con la punta de mi lengua recorro tus labios buscando que se activen para mí; siento tus manos, por fin, en mis caderas; se quedan ahí un instante y suben después por mi talle encorsetado; tu boca se abre, despacio; nuestros alientos se mezclan cercanos y agitados; un escalofrío recorre mi cuerpo y ya no puedo esperar más; mis labios se acoplan en los suyos y nuestras lenguas se encuentran en un duelo acompasado; mi cintura se adosa a tus relieves mientras me abrazas recorriendo mi espalda arqueada y el beso sigue, profundo, sensual, excitante.
Joder, me gusta. Sobre todo ese descaro tan poco habitual en una chica. Tanto estamos prolongando este beso inesperado, tanto nos centramos el uno en el otro, que atravesamos la terraza y el salón sin desenredarnos los labios ni los brazos, ausentes e indiferentes a todas las miradas que desde sus máscaras nos siguen en el recorrido hasta la escalinata que lleva a la planta superior. Se une a nuestra huida una botella oculta entre mi traje. Subimos sin esfuerzo, como si el aliento de uno provocase en el otro el don de la ingravidez, y así, flotando en esa atmósfera de sonata de Bach, de humos excesivos y de risas camufladas, llegamos a un despacho. El golpe de la puerta al cerrarse nos traslada a un planeta particular, más silencioso, más oscuro, con aire más ligero.
Como si de autómatas se tratase, dejamos de besarnos y nuestras manos recorren y buscan todos los resortes de los disfraces, intentando que los cuerpos queden del todo liberados lo antes posible, excepto de las máscaras, que quedan indultadas como un monumento singular a nuestro silencioso juego.
Dos largos tragos sin copas y las pelucas, las cautelas y los trajes quedan despreciados por el suelo; la ropa interior despedida, mi boca en tu cuello, tu lengua en mi oído, mis dedos enraizados en tu piel, todo en un segundo eterno. Tus dedos activando mis resortes, mi murmullo acelerando intenciones (...vamos), mi sexo desbocado por tu boca (…así); el tuyo derretido y exigente; tus piernas engarzadas en mi vientre, la estantería cómplice en tu apoyo, la unión inevitable tan prevista, el vaivén más antiguo y deseado, tus uñas clavadas en mi espalda, mis manos fundidas en tus muslos, el eco de tu palabra en mi cabeza (...sigue), mis ansias por licuarme en tu mandato (...sigue), tus senos oprimidos y calientes, mis piernas al borde del abismo, tu grito que libera mis compuertas (…sigue), tus ojos que captan mi abandono, mi orgasmo retrasado que ya llega, el tuyo puntual con mis sentidos, mi boca hambrienta de la tuya, la tuya que reclama eternidades…
(Sigue…) es lo último, lo único que te digo antes de que la tormenta amaine en ambos bandos y nos inundemos de caricias ralentizadas para compensar las anteriores. Calma. Aún queda algo de champán. Un sorbo más. Otro para ti.
Suspiro apresurada mientras tú, despacio, rebuscas, casi a ciegas entre los bolsillos de tu ropa. Un porro y un mechero. Me sorprende. El otro día no fumabas. La llama azul ilumina tus labios masculinos un instante. Me estremezco de nuevo sólo de pensar en qué parte de mí estaban hace un momento. Te beso de nuevo, aspirando de ti bocanadas de niebla dulzona. Se oyen pasos. Alguien se acerca y ambos nos ocultamos tras la cortina arrinconada para ver sin ser vistos; la puerta se abre en el silencio... y la voz de Clara dice a su acompañante, que resultas ser tú, vestido de lacayo y sin antifaz: "no, espera, aquí no, esa tía del balcón de enfrente está mirando”.
Se van.
No nos han visto, menos mal. Si el cónsul se enterase, me enviaría mañana mismo de adjunto a Sudán…
Confusa, aturdida, apuro la botella, sonrío y colocando tu cara justo entre mis piernas, aprieto tus cabellos y rompo el silencio esta vez para pedirte, por favor, que sigas sin quitarte la máscara, que sigas así, sin decirme nada, mientras mi deseo resplandece de nuevo avivado incluso por todas las sombras posibles de los balcones.
Mañana se lo contaré todo a Clara. Y ella a mí. Qué cabrona.
12 comentarios:
Hola.
Se confirma: Florentino ha hecho una oferta a Españeta, el utillero del Valencia CF.
Buen fin de semana en general.
Salud.
no vas a dormir a pierna suelta kike,siempre te despertaràs con ese sudor frìo,y veràs la cara de florentino,y venga a contar billetes y venga billetes,nos traèremos a los mejores y os ayudaremos a permanecer en 1ªdivisiòn.
Buen sabor de boca anoche en vista alegre,me dejò la presencia de Florentino y la victoria del equipo blanco,vamos al 3ªpartido posiblemente los arbitros jueguen a favor de los de casa,pero bueno ,mañana serà el dìa clave.
NO OS OLVIDEIS DE IR A VOTAR EL DOMINGO,CUÀNTO MÀS VOTEMOS MÀS COBRAN LOS HIJOS DE PUTA DE LOS POLITICOS.
ESTE FINDE MOTOS APUESTO POR EL PRINGAILLO DE LORENZO,adiosssssssssssssssssssssssssssss buen fin de semana.
Buenas tardes.
Tema apuesta, totalmente de acuerdo con Don José Manuel López López. Queda para cenar en enero, pero eso si, ir pensando que seguramente tendremos un montón más de pasta. Sobre el tema de la liga; yo si Felipe y Lolo quieren podemos quedar este domingo, repartir y tomarnos unas cuanta birras, pero decirlo, por que en Ajalvir esta la feria del marisco gallego y si no, me piro a comer allí con los pitufos y la señora. Sobre las motos pienso igual que manolito (mira que me jode y sin que siga de precedente) podíamos echar unos eurillos a que gana Lorenzo, a que el segundo es Valentino y el tercero es Stone.
Comentarme algo por favor.
Sr. Gamarra, si usted me cuenta esto hace 30 años le aseguro que le obligo a dedicarse a otra cosa. De verdad, no has pensado que alguien te publique alguna cosilla, no se habla con el Carlos y que te busque alguien. Me da mucha envidia la gente que es capaz de plasmar por escrito (y tan bien) lo que piensa…. Viva mi gente.
Os quiero
Jóder, Quique, al que tenía que fichar Florentino es a tí, da gusto, de vez en cuando, leer algo que no sea lo de siempre, y si además es magnífico, mejor y ya si lo escribe uno de los mejores laterales izquierdos del Congosto, pues es la polla (la del Litri, se entiende).
Tema dinero de apuestas, de acuerdo lo guardamos para la Supercena de Enero, que estaremos todos.
Cena de zorras, condiciono mi presencia a la de Lolo, Fernando y Felipe, más que nada para asegurarme hablar con alguien de deporte y no del Ikea, la pelu y los cotilleos, por supuesto iré solo.
Cena de Julio, Lolo, la espero con ansiedad, habla con Fernando para ver que viernes libra y la liamos.
Tema Liga Fantástica, enhorabuena a los vencedores, Felipe, como buen madridista, demuestras saber ganar invitando a los perdedores, si es posible, me viene mejor el Domingo 14, pues éste no puedo, así tomaremos unos botijos y hablaremos de la cena de Julio.
Tema Florentino, debo de ser de los pocos madridistas que no le doren la píldora al ser superior, evidentemente va a mejorar lo que había, pero no me gustan sus métodos, ni su proyecto, si es que lo tiene, a mi juicio, habría que empezar haciendo una revolución en la cantera, unificando criterios futbolísticos desde alevines y teniendo al frente gente con las ideas claras, sin ataduras, libres.
Habría que hacer un proyecto de futuro, y no de presente, traer a Kaka, o a Villa, no arregla el mal endémico del Madrid, que es que en los últimos 15 años la cantera está dejada de la mano de Dios, permitimos que los chavales se vaya por dos euros, y no les damos la oportunidad de demostrar la valía de verdad en el primer equipo, ejemplos los hay a miles.
Una vez saneada la cantera y clarificados objetivos, metería mano en el primer equipo, a fondo, pero Florentino y Valdano no están por la labor, van a capear el temporal, y luego, otra vez Guti, Raúl, y hasta Salgado, más de lo mismo.
Como puede decir Pellegrini que Raúl es indispensable, le obligan por contrato?. Que decepción.
En fín, cambiando de tercio gran adiós del Maestro Esplá, sin entrar en si la segunda oreja era merecida o no, la puerta grande hace justicia a la trayectoria en Madrid, del mejor lidiador de los últimos 20 años, y de paso da un repasito a los ídolos del clavel, Juli,Manzanares, etc.,,,.
Por cierto, hoy hace un año de lo de José Tomás en Madrid, en su honor estoy saboreando un Chivas, y después de deleitarme otra vez con la faena, me haré una pajita con la foto de la mujer de Sergio, agachadita con minifalda, ufhhhh.
Hola.
Yo el 14 no estoy en Madrid por lo que no podria invitaros, así que si Lolo y Felipe quieren partimos peras en la cena del dia 19. En un principio yo llevo pareja; así que seremos dos siempre y cuando nos respeten las lesiones(pitufos). Buen fin de semana
P.D. Felipe, Lolo si pensais otra cosa me llamais o me mandais un SMS.
Paz y amor...........
Yo estoy libre todos los domingos, así que esas cañas cuando querais. Podemos hacerlo el 14 que invite Felipe, y otro domingo que invite César...
Las perras os las doy el 19 en la cena.
Florentino es una máquina de comprar. Va a solucionar él solito la crisis económica de todos los clubs. El cómo quedará el Madrid después de gastar 300 kilos es otro cantar. Ya habrá algún pelotazo que lo arregle, que para eso la Comunidad de Madrid siempre ha estado muy solícita.
Anoche viendo el Argentina-Colombia volví a preguntarme por enésima vez qué pinta Gago en la selección argentina, y que pinta jugando al fútbol donde sea. ¿Soy el único que piensa que es un horrible futbolista? (lo de Heinze no lo comento porque en eso estamos todos de acuerdo). Pero no es el único. Jonás titular, clama al cielo. Zanetti con 40 años aún sigue ahí, igual que Verón. El Cata Díaz, madre mía...
Total, que Argentina hoy en dia son sus delanteros y Mascherano. El resto del equipo es una mierda importante. Nos los follamos en el mundial con toda seguridad.
Como pierda hoy Federer (ojalá no) se suicida.
buenos dìas,esto parece que se acaba,o se cierra por vacaciones,no hay comentarios ni nada que comentar,pero no es asì,se podrìa hacer una porrita de la cantidad de fichajes que van hacer los de Floren,y quienes son.(por tener un poco activo el blog en estas horas de penuria futbolistica):
yo digo 4(kaka ya no es vàlido)
ribery
cristano
villa
la bomba serà etoo
Hola.
Yo me la juego y digo que fichará a Ronaldo, Figo, Zidane, Beckham y a Rojo II; y luego llegará algún equipo con Rufete, Albelda y Curro Torres y ganará la Liga a tres jornadas del final.
Salud.
rectifico ribery ya no viene,lo cambio por albelda,jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja y mil veces JA,OK KIKE.
a todos nos gustarìa que saliesen canteranos ,pero si de momento no puede ser,habrà que hacer un equipo a base de talonario,es ilegal ¡no ,verdad!pues aguantarse,que otros si podemos por algo serà.
QUE VOLVEREMOS ASER ODIADOS PUES DE PUTA MADRE ,SOLOS CONTRA TODOS,como siempre.Besitos antis.
No tiene dinero el Pérez para fichar a Albelda.
Al parecer para Albiol sí: garantiza 4 goles por temporada en propia meta y 6 rechaces al pie del delantero contrario.
Muy buenos días. Me piro a la playa ahora hasta el domingo. Que os den por el KK y que se mueran los feos (principalmente los vikingos). Ser felices y que Pedrosa se caaiga en la ultima vuelta cuando vaya liderando la prueba, jejejejejeje.(más que nada por meterme con Manolito)
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