Nada como empezar el año con Leo Messi

Por fin con ordenador, con conexión a internet, y en fin, con todas esas cosas imprescindibles para que un ser humano pueda vivir con normalidad en estos tiempos. Los reyes me trajeron un portátil hp pabillium delapollum que solo se enciende si le pongo mi huella dactilar, con lo que, si me muero, quien quiera entrar a mi ordenador deberá cortarme el dedo. Luego resultó que con el nuevo ordenador no me funcionaba el viejo router, con lo que tuve que encargar uno nuevo de esos wifi, que me tardaba quince dias en llegar. Afortunadamente han tardado menos y ya lo tengo todo instalado y funcionando.

Pero los Reyes Magos no solo me trajeron el portátil, también me dejaron una de esas actuaciones que Messi se marca aproximadamente cada tres semanas y que me rejuvenecen enormemente, me hacen recuperar la fe en el fútbol y me reconcilian con la vida. Porque quien piense que está en el mundo para hacer grandes cosas, o que estamos aquí para cumplir una misión social se equivoca. Estamos en la vida para disfrutar, y quien no lo haga está perdiendo el tiempo, por muchas cosas buenas que esté haciendo para su comunidad, su entorno o sus jefes. Lo que te vas a llevar el día que te metan en la caja serán los buenos ratos que has pasado. Y el fútbol es capaz de proporcionarnos ratos inolvidables a aquellos que sabemos gozar con esos partidos, con esas jugadas. Viendo a Messi jugueteando con Pernía me sentí como cuando era pequeño y veía a Cruyff haciendo maravillas en el Nou Camp. Y fui niño de nuevo. Y eso no se consigue con cualquier cosa.







Ya se que hablar ahora de Messi suena un poco cansino, que llevamos desde el martes escuchando adjetivos y agotando los elogios. Pero he estado tiempo sin ordenador, no tengo nada preparado, y no se me ocurre nada mejor de lo que hablar. Además, ya que me tomo la molestia de escribir, puedo permitirme el lujo de elegir tema. Y no os preocupeis, que por mucho que se hable no se ponderará lo suficiente el juego de la pulga de Rosario.

Esta actuación vino al pelo, porque justamente el dia anterior ese periódico que un día tuvo cierta credibilidad periodística y actualmente tiene la misma seriedad que el Jueves, publicaba un artículo de ese gran periodista llamado Roberto Gómez que se titulaba “Robben es mucho mejor que Messi”. Al dia siguiente, en la mañana del 6, el mismo diario proponía una encuesta para que los lectores votaran si era mejor Messi o Robben. Antes del partido contra el Atleti ganaba Messi por un 65 % contra un 35 % que votaron por el holandés. Fijaos si es preocupante el tema: un 35 % de los lectores de Marca opinan que Robben es mejor que Messi. No es uno aislado, estamos hablando de tres y medio de cada diez personas. Este es el nivel de conocimiento futbolístico que tenemos. Esto es lo que hay. Tenemos que asumirlo. Por eso yo generalmente paso de discutir de fútbol en casi todos los foros de internet, porque no tiene sentido. ¿Qué puedo discutir yo con esta gente? Sería la misma absurdez que si el ingeniero jefe de la NASA se pusiese a discutir sobre física nuclear con Jullito, el de Gran Hermano. Lo mismo. Y me da igual que suene pretencioso, a estas alturas de la película y en este foro, escribiendo para vosotros, no voy a ir vestido con la falsa modestia. Además, qué cojones, tampoco hace falta saber mucho de fútbol para considerar a Messi mejor que Robben actualmente, yo creo que cualquiera alcanza a ver eso, o debería alcanzar.

Aquí no se que pasa, pero cada vez que alguien mete un par de goles o hace dos jugadas ya le quieren comparar con Messi, parece el deporte nacional. Hace dos años fue con Robinho, el año pasado con Agüero, ahora toca Robben, veremos quien es el siguiente. Pero está bien, si cada vez que destaca alguien se le quiere comparar con Messi, por algo será. Se ha convertido en la referencia, en aquel a quien tomar como modelo, en el jugador a quien todos quieren superar. Esta condición también se nota el los patadones que recibe últimamente. Todos los defensas quieren ser “el que secó a Messi”, y la mayoría se equivoca de estrategia. Leo se crece con las patadas. O le das tan fuerte que lo lesionas (cosa que nadie ha logrado de momento –toco madera-, todas las lesiones han sido musculares), o las patadas solo logran picarlo y que juegue mejor. Recordemos a Del Horno cuando aquel Chelsea-Barça, quiso intimidar al chavalín de 18 años a base de hostias. El resultado ya lo recordareis: Del Horno humillado a base de regates y caños, finalmente expulsado, y Messi figura de aquel partido.







El dia del Sevilla, Messi hizo un primer tiempo gris. En la segunda parte cogió un balón y lo protegió en la banda, pisando la pelota junto a la línea. El defensa sevillista que lo encimaba y otro que vino en la ayuda le tiraron tres patadas seguidas. Messi se revolvió con cara de hastío, y ahí empezó el recital. El siguiente balón que cogió, sentó a Mosquera y salvó Palop. A continuación marcó dos golazos y salió de Sevilla por la puerta grande. El Madrid tambien quiso pararle a palos y quien terminó estrellado junto al palo fue Cannavaro tras el gol de Leo. El único mal partido que le recuerdo a Messi este año fue en Villarreal, casualmente el día que menos patadas ha recibido. Curioso, no?

En el Calderón el martes el guión fue parecido. Patada de Pernía, patadón de Assunçao, otra de Perea, una más de Maniche, hasta que consiguieron despertarlo. Minuto 12, golazo. Porque fue un golazo. Las televisiones dan el gol en su parte final, la pared de Messi con Alves (taconazo de crack) y la definición, pero la jugada entera es pura orfebrería. Si teneis la ocasión de ver el partido grabado fijaos bien, yo no se la cantidad de toques consecutivos del Barcelona en aquella jugada, sin que nadie del Atlético pudiera tocar el balón. He mirado en el youtube y no encuentro la jugada completa, pero insisto que fue de antología.

Pero claro, lo que quedará en la retina de todos nosotros será la jugada del tiro al larguero. Sobre todo el inicio de la misma con ese regate al pobre Pernía. Ya siempre que piense en Pernía veré en mi mente ese regate.







Por cierto, Felipe, insististe mucho tras el Barça-Madrid en la teoría de que “habría que ver qué hubiera hecho Guardiola en el caso de Juande, llegando al partido con ocho bajas”. El martes tuviste la respuesta. El Barça salió al Calderón sin Valdes, Puyol, Márquez, Abidal, Xavi, Eto’o ni Henry. Y, ¿Qué hizo? Lo mismo que habría hecho con ellos, salir a tener la pelota, a jugar en el campo contrario, a mandar en el partido, a demostrar que son el Barcelona. Luego, se gana o se pierde, pero el planteamiento es ir a ganar. Siempre y donde sea. Juande fue a Barcelona a perder por pocos, y ahora que tiene a casi toda la plantilla juega en casa y tampoco ataca mucho. El domingo sacó a Metzelder en el 90’ para jugar el descuento con cinco defensas. He ahí un entrenador valiente.

Volviendo a Messi, y para terminar, supongo que el domingo en Pamplona no hará un partido como el del martes. Me imagino a Camacho adiestrando a la defensa osasunista contra Messi. No olvidemos que Camacho se hizo famoso por pegarle patadas a Cruyff, y a ciertas edades no se cambia, así que supongo que su táctica será: duro y al tobillo. Pero más allá de partidos concretos, sabemos que si Messi no se lesiona aún hará cinco o seis partidos este año al nivel de este. Y cuando esté flojo marcará un gol en vez de tres, pero por mal que esté, será raro que no me regale una jugada para soñar, para devolverme a mi infancia. Eso lo hace casi siempre.